EL OJO DE LOS CANDADOS
Damos vuelta la esquina
una estela de nafta
recoge a las estrellas
andamos por los días
contabilizando cornisas
balcones
. azoteas
y en las baldosas
la escarcha del miedo
sobrecoge latidos
autos taxis ómnibus
una sirena ululante
se mueve en la noche
golpes de puertas
gritos
cayendo en las manos
los colores de los semáforos
y nos encontramos
que algo hemos perdido
en los años que huyeron
por el ojo de los candados.
LA MUERTE JUEGA
La muerte juega en la
punta de los cirios
se transforma en agua
en corriente submarina
recóndita sobre la piel
aflora en los dedos
fantasmas
que vagan por largos
corredores
sumergidos en espejos
sombras de sangre
de carne triturada
centímetro a centímetro
por las cadenas de la vida.
ALGUIEN GIME
Alguien gime en la noche
estamos en una isla
de terror
circunscriptos
al abecedario de los muros.
Socavan las estrellas
los cipreses de la angustia
y hay en el cielo
un espanto
un relámpago
enrejado con cuchillos.
AH LOS MIEDOS
Ah los miedos de los espejos
tratando de hallar
el acento para las palabras.
Los miedos contraídos
colgados como trapos
en los cercos de alambres.
Las palabras sin decir
flotando
entre moluscos de sombras
elevándose hacia la luz
en vorágines inconclusas.
Todo escrito en los diarios
en la boca de la gente
día tras día
con letras no escuchadas
por quienes tienen
en sus manos
el frío de las miradas.